¿Por qué es importante controlar la miopía de tus hijos?

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La miopía es un problema de la visión, que se manifiesta cuando el  paciente percibe borrosos los objetos lejanos. En general,  comienza a desarrollarse hacia los 6-8 años (aunque también puede iniciarse en adolescentes y adultos jóvenes) y crece mientras el paciente está en edad de crecimiento habitualmente hasta los 15-16 años, aunque puede crecer durante más años.

Las causas que llevan al inicio de la miopía y a crecimiento son diversas, destacando la predisposición genética (madre y/o padre miope), edad (pediatría y adolescencia), raza (mayor prevalencia en asiáticos), y factores educacionales como el número de horas a la luz del sol o el sobre esfuerzo visual motivado por uso intensivo de la visión en cerca (lectura, teléfonos móviles).

Determinadas enfermedades de los ojos en los adultos, están relacionadas con la magnitud de la miopía del adulto. Es decir cuanto más miopía tiene el adulto, más posibilidades hay de desarrollar esas enfermedades oculares. Son enfermedades a tener en cuenta, ya que pueden llevar a determinados grados de incapacidad visual, según la gravedad de la enfermedad: desprendimiento de retina, glaucoma, maculopatía miópica, cataratas 2,3,4 etc

TABLA MIOPIA

Por tanto una manera de prevenir dichas enfermedades es intentar que la miopía de nuestras hijas e hijos crezca lo menos posible. Al ralentizar la velocidad de crecimiento de la miopía, conseguimos que la miopía que su hija o hijo sea menor de lo que sería si llevara una gafa o lente de contacto normal. Como la miopía final de su hija o hijo será menor, la posibilidad de desarrollar esas enfermedades oculares en el futuro, también será menor. Dicho de otro modo controlando la progresión de la miopía con ESENCIA, estamos reduciendo el riesgo de desarrollar en el futuro patologías oculares.